sábado, 27 de dezembro de 2008

La canción desesperada / A canção desesperada (Pablo Neruda)


Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy.
El río anuda al mar su lamento obstinado.

Abandonado como los muelles en el alba.
Es la hora de partitr, oh abandonado!

Sobre mi corazón llueven frías corolas.
oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos!

En ti se acumularon las guerras y los vuelos.
De ti alzaron las alas los pájaros del canto.

Todo te lo tragaste, como la lejanía.
Como ele mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio!

Era la alegre hora del asalto y el beso.
La hora del estupor que ardía como un faro.

Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego,
turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufrágio!

En la infancia de niebla mi alma alada y herida.
Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!

Hice retroceder la muralla de sombra,
anduve más allá del deseo y del acto.

Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí,
a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto.

Como un vaso albergaste la infinita ternura,
y el infinito olvido te trizó como a un vaso.

Era la negra, negra soledad de las islas,
y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos.

Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.
Era el duelo y las ruínas, y tú fuiste el milagro.

Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme
en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos!

Mi deseo de ti fue el más terrible y corto,
el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido.

Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas,
aún los racimos arden picoteados de pájaros.

Oh la boca mordida, oh los besados miembros,
Oh la hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados.

Oh la cópula loca de esperança y esfuerzo
en que nos anudamos y nos desesperamos.

Y la ternura, leve como el agua y la harina
Y la palabra apenas comenzada en los labios.

Esé fue mi destino y en él viajó mi anhelo,
y en él cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio!

De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste
De pie como un marino el la proa de un barco.

Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes.
Oh sentina de escombro, pozo abierto y amargo.

Pálido buzo ciego, desventurado hondero,
descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!

Es la hora de partir, la dura y fría hora
que la noche sujeita a todo horario.

El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.

Abandonado como los mulles en el alba.
Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos.

Ah más allá de todo. Ah más allá del todo.
Es hora de partir. Oh abandonado!
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A canção desesperada

Aparece tua recordação da noite em que estou.
O rio reúne-se ao mar seu lamento obstinado.

Abandonado como o cais de madruga.
É a hora de partir, oh abandonado!

Sobre meu coração chovem frias corolas.
Oh porão de escombros, feroz caverna de náufragos!

Em ti se acumularam as guerras e os vôos.
De ti alcançaram as asas dos pássaros do canto.

Tudo engoliste, como a distância.
Como o mar, como o tempo. Tudo em ti foi naufrágio!

Era a alegre hora do assalto e do beijo.
A hora do espanto que ardia como um farol.

Ansiedade de piloto, fúria de mergulhador cego.
turva embriaguez de amor, Tudo em ti foi naufrágio!

Na infância de nevoa minha alma alada e ferida.
Descobridor perdido, Tudo em ti foi naufrágio!

Fiz retroceder a muralha de sombra,
Andei mais para lá do desejo e do ato.

Oh carne, carne minha, mulher que amei e perdi,
e ti nesta hora úmida, evoco e canto.

Como um copo guardando a infinita ternura,
e o infinito esquecimento te espedaçou como a um copo.

Era a negra, negra solidão das ilhas,
e ali, mulher de amor, me acolheram os teus braços.

Era a sede e a fome, e tu foste à fruta.
Era a dor e as ruínas, e tu foste o milagre.

Ah mulher, não sei como me pudeste conter
na terra de tua alma, e na cruz de teus braços!

Meu desejo por ti foi o mais terrível e curto,
o mais revolto e ébrio, o mais tenso e ávido.

Cemitério de beijos, ainda há fogo nas tuas tumbas,
ainda os cachos ardem bicados pelos pássaros.

Oh a boca mordida, oh os beijados membros,
oh os famintos dentes, oh os corpos trançados.

Oh a cópula louca de esperança e esforço
em que nos unimos e nos desesperamos.

E a ternura, leve como a água e a farinha.
E a palavra mal começada nos lábios.

Esse foi meu destino e nele viajou a minha vontade,
e nele caiu a minha vontade, Tudo em ti foi naufrágio!

De tombo em tombo inda chamejaste e cantaste
de pé como um marinheiro na proa de um navio.

Ainda floresceste em cantos, ainda rompeste em correntezas.
Oh porão de escombros, poço aberto e amargo.

Pálido mergulhador cego, desventurado fundeiro,
descobridor perdido, Tudo em ti foi naufrágio!

É a hora de partir, a dura e fria hora
que a noite prende a todo horário.

O cinturão ruidoso do mar cinge a costa.
Surgem frias estrelas, emigram negros pássaros.

Abandonado como o cais na madrugada.
Só a sombra trêmula se retorce nas minhas mãos.

Ah mais para lá de tudo. Ah mais para lá de tudo.
É a hora de partir. Oh abandonado!

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